martes, 22 de noviembre de 2011

Sant Joan de Penyagolosa - río Carbo

Resumen.

          Ruta muy recomendable que transita por la parte alta del valle del Carbo, ofreciéndonos excelentes vistas de sus vertientes. Visitaremos algunas de las masías que lo pueblan, y podremos contemplar la belleza de las cascadas del río Carbo.
Cascada del Carbo





Distancia aproximada: 13,2 km
Desnivel acumulado aproximado, en bajada y subida: 800 m.

Enlace al track de la excursión





Descripción del recorrido.

          Iniciamos esta ruta en el ermitorio de Sant Joan (1280 m), en el corazón de Penyagolosa. Aquí tomamos el sendero GR-7 que se dirige a Villahermosa del Río, y que sale de la parte de atrás de la hospedería. Al principio es una pista que cruza el barranco de la Carbonera, y asciende por un pinar de pinos silvestres y laricios. En el collado de la Lloma Plana (1370 m), una cancela nos recuerda que estamos en zona de pastoreo de ganado vacuno. Salvamos el alambre y continuamos unos metros por la pista para desviarnos poco después, siguiendo las marcas blancas y rojas, por otra que baja por la izquierda hacia el valle del río Carbo. Nos hallamos en la cabecera oriental del valle, y desde aquí podemos observarlo en casi toda su longitud, ya que al sur alcanzamos a ver Villahermosa del Río, lugar donde finaliza.
Maluendas
          Unos pocos metros más abajo, cuando la pista se bifurca y el GR-7 sigue el camino de la izquierda, nosotros lo abandonamos para continuar recto hacia el caserío de Maluendas. Ahora la vegetación cambia y predominan las carrascas y los robles quejigos, salpicados de arces. Junto al camino, en una pared rocosa vemos la Covarxa , un abrigo de pocos metros de longitud. Aquí asoman por el acantilado un grupito de tejos jóvenes, compañeros del que puede ser el tejo más longevo de Penyagolosa, enraizado entre los canchales de la base de pared. Sobre nuestras cabezas el Mas Roig, del que existen referencias desde el s. XVI, nos observa con su portal en arco de medio punto. La pista, en buen estado, cruza los barrancos Obscur y Carbo, originarios del río. Encontramos una cancela que nos avisa de que Maluendas está habitado y tras ella, a la izquierda del camino, se encuentra la Font de la Canaleta, con abrevadero y una pequeña balsa en desuso.
          Llegamos al caserío, y tras pasar las dos primeras casas vemos a la derecha, entre el otro grupo de edificios, unas marcas blancas y amarillas que nos indican el sendero hacia la Masía de los Juanes. Es una senda poco definida que transita primero por unos bancales yermos hacia un pequeño claro entre carrascas que tenemos enfrente. Cuando sobrepasamos estas carrascas veremos la masía a donde nos dirigimos. Accedemos a la Masía de los Juanes (1200 m) por las eras y proseguimos hacia el Barranco de los Sapos, siguiendo una senda que lo cruza junto a grandes bloques de roca caliza entre los que se halla la Cueva de la Vaca, un refugio para el ganado cerrado con muro de piedra.
          El sendero, ahora claro, cambia su dirección y se encamina hacia el sur en breve ascenso hasta El Castellar (1270 m), un balcón poblado de sabinas de poca altura, desde el que obtendremos buenas vistas del valle del río Carbo. El lugar recibe este nombre por los vestigios que existen de antiguas construcciones, ya que parece que estuvo poblado desde la prehistoria hasta la época musulmana. Hacia el este, en la vertiente opuesta, vemos el barranco de Marcén y los Cingles en primer termino y, al fondo, Penyagolosa. En esta parte del valle se asientan varias masías, algunas habitadas, que aprovechan su cercanía al río para cultivar pequeñas huertas. Antaño se explotaban numerosos bancales, arrebatados a las laderas, donde se sembraban cereales, cuyos granos eran molidos en el Molino de la Roca o en el Molino de Abajo.
Casa Celades
          Desde este promontorio iniciamos un prolongado descenso que nos llevará al lecho del río y a sus célebres cascadas. El camino, construido en este tramo sobre los escarpes rocosos, zigzaguea para salvar dos grandes escalones. Aquí las carrascas compiten con las sabinas y algunos enebros. Al poco llegamos a unos bancales incultos de terreno rojizo, fruto de las roca arenisca cargada de hierro que los rodea, y poblados de pinos y carrascas. La senda se bifurca varias veces, pero nosotros debemos tomar siempre la que se dirija a la Casa de Celades (1060 m). Un vez en las casas, que se encuentran habitadas, accedemos a las eras superiores y proseguimos nuestro camino hacia el oeste, pasando por una fuente con balsa que se encuentra al abrigo de unas monumentales encinas.
Caseto Royo
          A continuación cruzamos el barranco de las Parras y nos encaminamos al Mas de Llobet (1060 m), otro grupo de casas situadas más al sur. Cuando llegamos a ellas, el sendero retoma el descenso por unos bancales que pronto abandona para serpentear por el denso carrascal, moteado de pinos blancos y rodenos. Este camino era utilizado por los masoveros para ir al Molino de Abajo y a Villahermosa del Río. Su firme está empedrado en algunos tramos, y a sus lados prospera el espeso sotobosque formado por coscojas, romeros, aliagas y enebros.
          Cuando salimos del carrascal, dejamos a nuestra izquierda una senda que se dirige al Mas de las Llaves, y continuamos descendiendo hasta llegar al Caseto Royo (920 m), una casa construida con piedra de arenisca roja, donde abandonaremos el camino de Villahermosa para desviarnos, iniciando el regreso de esta ruta circular. Caminamos entre la casa y un muro de piedra que la protege del escarpe, en el que han crecido dos piteras. En el río se puede ver el Molino de Abajo, rodeado de chopos, justo donde el barranco de los Izquierdos desagua en el Carbo.
Cascada del Carbo
          Ahora la senda se orienta hacia al norte atravesando un bancal y, entre carrascas, nos aproximamos al lecho de río que alcanzaremos por encima de una pequeña cascada, frente a las ruinas del Molino de la Roca. Avanzamos aguas arriba para localizar la cascada más grande y bella de las que pueblan el Carbo. En una estrecha y sombría garganta, revestida de toba calcárea, vegetación y musgo, el caudal del torrente se precipita varios metros sobre una poza de aguas verdes.
          Después de relajarnos en la contemplación de este bello entorno, volvemos por nuestros pasos para vadear el río, y ascender por una senda que deja a la derecha las ruinas del molino. En pocos minutos llegamos al GR-7 que procedente de Sant Joan se dirige a Villahermosa. Lo tomamos en dirección norte (izquierda), sin abandonarlo hasta el final de la excursión.
Carrasca
          Pronto pasamos por las casas del Mas de Coria, y serpenteando entre bancales ascendemos por la ladera occidental de Marcén, donde entre la garriga a veces nos sorprenden grandes ejemplares de carrascas. El sendero va ganando altura regresando a la vertiente del Carbo, que alcanzamos frente al barranco de los Sapos. En la confluencia de este barranco con el río Carbo se encuentran los ojales que le proporcionan su caudal. En este tramo el camino es bastante aéreo, atravesando largos canchales que se precipitan por la pendiente. Al acercamos al collado el camino se funde con una pista forestal. Hemos llegado al pinar de pino laricio, en el que algunos arces intrusos salpican de color amarillo y rojo los días de otoño.
          Pronto arribamos al cruce con la pista de Maluendas, por donde hemos iniciado la ruta. Ahora, siguiendo las marcas blancas y rojas, regresamos por la Lloma Plana hasta Sant Joan de Penyagolosa.

jueves, 17 de noviembre de 2011

El río Carbo (Villahermosa del Río)

Valle del Carbo

Este pequeño río está situado al SO de Penyagolosa. El origen del topónimo Carbo podría estar en la palabra preromana Quer, que significaría peña grande. En la carta de población de Villahermosa de 1243 se hace referencia al portun de Chera, luego en la de Vistabella de 1251 se habla de Caro, y de aquí pasaría al actual Carbo. La mayor parte de su cuenca se encuentra dentro del término de Villahermosa del Río, como una cuña encajada entre los términos de Puertomingalvo y Vistabella, y sólo una pequeña porción pertenece al Parc Natural de Penyagolosa, en concreto la zona alta del Barranc dels Morts, en las estribaciones occidentales de los Cinglos de Marcen. Es afluente por la izquierda del río Villahermosa, y por tanto forma parte de la red fluvial del río Mijares. Su reducida cuenca hidrográfica tiene una extensión aproximada de 2650 Ha., y la longitud de su curso fluvial ronda los 9 km., descendiendo en esa distancia cerca de 1000 m., desde los 1650 m de  l'Alt de Asevar hasta los 660 m de la desembocadura, lo que le aporta un perfil bastante abrupto y encajado.






Calizas del valle del Carbo
          El río ha excavado una secuencia estratigráfica que  va desde el Cretácico Superior, en la parte alta, hasta el Triásico en la desembocadura, sin embargo los sedimentos no afloran uniformemente ya que nos encontramos en un territorio fracturado por varias fallas, en especial al oeste y al sur de la cuenca.
Según descendemos de altitud podemos observar los materiales depositados en cada período geológico. Así, entre el Barranc dels Morts y Maluendas, nos encontramos con calizas arenosas y margas, donde abundan fósiles marinos como Ostreas, Rudistos, Gasteropodos y Orbitolinas. En el Barranc de Marcen y la zona de la Casa de Celades, predominan las areniscas y arcillas de tonos claros y rojizos. En el área del Mas de los Juanes y al sur del Molino de la Roca, hallamos calizas y margocalizas grises con abundantes fósiles de Orbitolinas, y también areniscas con abundante hierro que le proporcionan el color rojo característico. Del Molino de Abajo a Roncales, lo que proliferan son las calizas arenosas y las margas, y un poco más abajo retornan las areniscas. Y por último, al llegar a Villahermosa, aparecen las calizas dolomíticas gris oscuras, con margas, y arcillas de tonos verdes y rojizos, intercaladas con yesos.
Bancales abandonados

El curso principal del río tiene una orientación NE-SO por lo que no existen grandes diferencias de insolación entre las dos vertientes. Sin embargo, los barrancos tributarios con una orientación E-O si poseen esta diferencia, como ocurre con los barrancos de Marcen, de los Izquierdos y de la Cepera, todos ellos en su margen izquierda y , como suele ocurrir en las comarcas de montaña, las vertientes más soleadas serán aprovechadas para el cultivo mediante el aterrazamiento de las laderas, si la pendiente lo permite, dejando la umbría para el desarrollo del bosque, en este caso de carrascas y pinos blancos y rodenos. Los campos baldíos han sido invadidos por la garriga de coscojas, romeros y aliagas, mientras que en la ribera del río se extienden los álamos, sargas y juncos.


Marcen y Penyagolosa
En el emplazamiento de Roncales, a 800 m de altitud, y en las cercanías de Villahermosa, 100 m. más abajo, el valle se ensancha permitiendo el aterrazamiento y la extensión del cultivo de regadío mediante acequias. Huertas y frutales pueblan la margen derecha del río, mientras la izquierda permanece escarpada impidiendo su explotación.

El río Carbo mantiene cierto caudal durante todo el año, gracias a la surgencia más destacada del macizo de Penyagolosa. Ésta se encuentra al pie del Cinglo Estrecho, en la confluencia del Carbo con el Barranco de los Sapos, al sur de las casas de Maluendas. En este lugar de difícil acceso, las aguas surgen de dos manantiales enfrentados, situados a ambos lados del estrecho congosto. Existen además, poco más arriba, dos ojales , el Negro y el del Tollagar, que tras las los días de lluvia, se activan en la orilla izquierda del río, aportándole mayor caudal, el cual circula precipitado entre gargantas, creando pequeños saltos y pozas.
Cascada del Carbo
En este interesante paraje se encuentran las cuevas del Carbo, viejas formaciones calcáreas creadas por la erosión de las aguas. También destaca la gran cantidad de toba calcárea acumulada en las vertientes, por la precipitación, sobre la vegetación existente en cada momento, del carbonato cálcico trasportado por el agua a lo largo de los años.
Es especialmente bello el trecho cercano a las casas del Carbo donde se encuentra una espectacular cascada, y varias marmitas de gigante excavadas en el lecho de roca caliza, junto a las ruinas del antiguo Molino de la Roca. El lugar, entre pequeñas huertas y acequias, está muy cuidado merced a la atención de los vecinos que habitan los mases, nuevos masoveros de extracción urbana que hace unos años abandonaron las comodidades de la ciudad y se integraron plenamente en la dura vida del valle, que prácticamente había desaparecido al emigrar sus antiguos habitantes desde mediados del s.XX. Gracias pues a ellos, hoy disfrutamos de este armonioso paisaje, y deberíamos hacer todo lo posible para que así se mantenga, sin que la visita de los excursionistas perturbe el equilibrio logrado.
Río Carbo

El sendero de gran recorrido GR-7 discurre por casi todo el río, desde el collado de la Lloma Plana, cerca de la cabecera, hasta su desembocadura, tras atravesar el congosto de La Hoz, cercano ya a la población de Villahermosa. Durante el trayecto pasa próximo a las casas del Mas de Coria, un par de molinos abandonados y el caserío rehabilitado de Los Roncales, donde existen dos casas rurales en las que es posible alojarse.