lunes, 20 de mayo de 2013

La arquitectura popular en piedra seca

Caseta y muro en piedra seca (Puertomingalvo)
          Cuando camino por los senderos de Penyagolosa, siempre atrae mi atención la abundancia de construcciones de piedra en seco. A pesar del carácter agreste y aislado de estas montañas, observamos una geografía humanizada en la que sus pobladores han organizado el territorio a su medida, poniéndolo a su servicio, siendo capaces de movilizar y colocar sabiamente millones de bloques de piedra, para hacer posible la vida en un lugar con escasos recursos. Con su enorme trabajo a lo largo de siglos, han dejado una huella que aún hoy mantiene una serena armonía con el paisaje de montaña.
Bancales (Benafigos)
          La arquitectura en piedra seca surge al amparo de una necesidad, conquistar nuevas tierras de cultivo allí donde la tierra escasea y la roca abunda. El poblador de la montaña del Maestrazgo, al igual que en otras zonas montañosas, necesita la tierra para cultivarla y obtener de ella su sustento. Así, cuando localiza un terreno con opciones agrícolas, primero lo desbroza, eliminando la vegetación que le estorba y después lo limpia de rocas y piedras, amontonándolas en los márgenes. Pronto descubre que dispone de abundante materia prima, la piedra, que además de servir para la edificación de casas, también puede ser usada para levantar construcciones útiles y funcionales para su actividad productiva.
Peldaños en bancal (Vistabella del Maestrat)
          Para ganar más tierra fértil y extender el cultivo, construye terrazas en las laderas de la montaña con muros de piedra que consolidan el suelo, retienen el agua de lluvia y evitan la erosión por la escorrentía. En estos muros, habilita pequeños refugios para guarecerse del mal tiempo y guardar herramientas y útiles, y construye escaleras para acceder a los bancales.
       Como la ganadería está siempre asociada al espacio vital montañoso, también se aprovecha de la piedra sobrante extraída a la tierra. Nuevos muros de piedra, ahora exentos, pueblan las lomas y vertientes, fabricando azagadores por donde llevar al ganado ovino y evitar que éste entre sin control en los cultivos y pueda dañarlos. También se erigen cercados para guardar los animales, o para proteger los cultivos de la erosión del viento. En los muros de piedra se habilitan portales para entrar en los cercados y contadores para contar las ovejas.
Azagador (Mosqueruela)
        La técnica constructiva de la piedra en seco es simple, pero no sencilla. Se trata de apilar bloques piedra, de variadas formas y tamaños, levantando el muro sin utilizar ningún material que las una, ni argamasa, ni cemento, etc. La habilidad del constructor determina qué piedra debe ocupar cada lugar, sin necesidad de desbastarla en muchos casos, y cómo debe colocarse. Un principio básico es que cada piedra debe apoyarse en otras dos, y ésta a su vez debe sustentar a otro par.
         Junto al espacio agrícola y ganadero, se construyen casetas o barracas para refugiarse temporalmente de los rigores del tiempo y guardar los animales y aperos de labranza. Estos refugios ocasionales no suelen utilizarse para pasar la noche, ya que carecen de comodidades, sólo algún hueco en la pared a modo de armario y algún banco donde sentarse. La luz entra sólo por el portal que no suele tener puerta.
Casetas y bancales (Vistabella del Maestrat)
       Las barracas de piedra pueden tener una planta circular, cuadrada o rectangular. Sus dimensiones varían entre los 4 y 20 metros de perímetro, y entre los 2 y 3 m. de altura. La cubierta más empleada es la falsa cúpula, formada por la aproximación sucesiva de las hileras de piedra, hasta finalizar con una losa que cierra el techo. Otro tipos de cubierta, son la de vuelta de cañón, creada por la unión de arcadas, la cubierta plana y la mixta, que es una combinación de la plana y la falsa cúpula. En ocasiones, se completa la cubierta con tierra y vegetación para mejorar su aislamiento e impermeabilidad.
Caseta (Vistabella del Maestrat)
         Completan la arquitectura en piedra seca una serie de obras diseminadas por el paisaje, que son útiles para la vida en la montaña. Los aljibes y pozos, que recogen el agua de lluvia, y suelen estar cerrados por una pequeña puerta. Los hornos de cal, que sirven para extraer el material para la construcción a partir de cocer la piedra caliza. Las balsas de agua para abrevar el ganado. O los hitos y mojones que limitan los términos y propiedades.
          En el entorno de Penyagolosa encontramos numerosas muestras de esta arquitectura popular. Aunque la disminución de la actividad agropecuaria y la modernización de los transportes ha favorecido el abandono de estas construcciones, muchas de ellas aún mantienen un buen estado de conservación. La peor parte se la llevan los bancales en fuertes pendientes más alejados de los núcleos poblados, donde la erosión va haciendo camino cuando se produce algún derrumbe.
Caseta (Puertomingalvo)
          Sin embargo, desde hace tiempo existen iniciativas en varias poblaciones para conservar y poner en valor este patrimonio arquitectónico. 
          En Vistabella del Maestrat, la Asociació Grèvol organiza cada año unas jornadas de divulgación y estudio de la arquitectura en piedra seca en la que, además de conferencias y excursiones, se restaura alguna de las obras del término municipal. 
           Sobre la vecina Benafigos, Miguel Ángel Martí Tomás ha escrito un interesante estudio publicado por la Diputació de Castelló, con la propuesta de una catalogación. 
           Desde 2006, Vilafranca del Maestrat, alberga el Museu de la Pedra en Sec  donde se dan a conocer las técnicas constructivas, herramientas, tipologías de casetas, etc. mediante audiovisuales, paneles informativos y maquetas. Además se han señalizado varios itinerarios para visitar algunas de las construcciones más destacadas. 
         También en la cercana Mosqueruela (Teruel), se han creado rutas senderistas cercanas a la población, para dar a conocer su abundante y rica arquitectura popular en piedra seca.


Bibliografía.

La pedra en Sec a Benafigos. Miguel Ángel Martí Tomás. Diputació de Castelló 2007
La Arquitectura de la Piedra Seca. Rafael Cebrian Gimeno. Edicions Carena. 2011
Arquitectura rural primitiva en secà. Miguel García Lisón y Artur Zaragozá Catalán. Temes d'Etnografía Valenciana. Volum 1. Institut Alfons el Magnànim. 1983





1 comentario:

  1. Interesante articulo y ameno que me ha aclaro el porque de esta arquitectura en piedra, gracias por el articulo, ahora vere con otro ojos esos muros de piedras.saludos

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