martes, 24 de noviembre de 2015

Penyagolosa por el Portellàs y la canal.

Resumen.

     Al pico de Penyagolosa se accede normalmente por la trillada senda que supera la cuesta de su cara norte, pero también se puede llegar por la vertiente sur, a pesar de tener unos acantilados verticales de más de 150 m de altura. Esto es posible remontando la larga canal que se ha formado entre sus dos cimas gemelas.

Canal de Penyagolosa desde el Cantal de Miquelet
Distancia aproximada: 8,6 km
Desnivel acumulado: 620 m

Enlace al track de la excursión





Pedrera del Portellàs
Faja de las vías de escalada
     Por la cara sur, la ascensión caminando es un poco dificultosa y requiere de cierta experiencia en la montaña, y también ausencia de vértigo, ya que es necesario trepar en algún momento, incluso ayudándose de una cadena extratégicamente instalada en un paso en el que faltan los agarres.
     Sin embargo, no es difícil, ni es necesario material de escalada, tal vez sí es conveniente el uso de algún tipo de casco, por precaución a la posible caída de piedras.
    La aproximación a la canal, desde Sant Joan de Penyagolosa, la vamos a realizar utilizando el sendero de la Lloma de Conill para subir y el de la Pegunta para bajar, de forma inversa a como lo hicimos en la vía normal de ascensión al Pic de Penyagolosa.
     Desde el Corralico, en la base del pico, se puede llegar a la canal sur rodeándolo por el Oeste, siguiendo el camino circular de Penyagolosa que pasa por la Nevera de la Cambreta y el Cantal del Miquelet, pero nosotros vamos a utilizar otro más corto que pasa a la vertiente meridional por el Portellás, collado situado al Este del pico.
     Partimos pues de la fuente de Sant Joan (1280 m) hacia el suroeste y tomamos el sendero PRV-79, Camino de Lucena del Cid, que se adentra en el pinar.
Destrepe de la faja
              Nos encaminamos hacia la Lloma del Conill (1390 m), divisoria de aguas entre los barrancos de la Pegunta al Este, y el de la Teixera, al Oeste. Recorremos su estrecha carena, en la que la caliza gris aparece desnuda.
    Franqueamos una cancela para el ganado y antes de finalizar la Lloma nos desviamos a la izquierda para descender al Barranc del Forn, originario del de la Pegunta, siguiendo las marcas amarillas y blancas.
Camino por debajo de la faja
     Ascendemos ahora por su lecho seco y, al salir de él, giramos a la derecha por una loma que nos conduce a el Corralico (1510 m), en la falda del Pic de Penyagolosa, donde está la pista forestal que lleva al Mas de la Cambreta.

Inicio de la canal
   A continuación tomamos la senda normal que asciende al pico, hasta la Caseta de l' Ombría (1625 m). Al pasarla encontramos un cartel que nos indica el sendero, poco transitado y carente de marcas salvo algunos hitos, que nos lleva al Portellás (1693 m).
    Desde este collado tenemos una buena visión del cantil suroriental de Penyagolosa y su caseta de vigilancia.
     Bajamos el Portellás hacia el sur, serpenteando por una inclinada pedrera que abandonaremos tras descender unos 50 m. Giramos a la derecha (oeste) guiados por unos hitos que nos conducen a la base de la imponente pared caliza.
     Aquí tenemos dos opciones, una sigue bajando unos metros siguiendo unos hitos hasta situarse por debajo de esta faja, y la otra se arrima a las altas paredes donde se encuentran las vías de escalada, y que fue la utilizada por nosotros.
     La primeras vías de escalada de la cara sur de Penyagolosa se abrieron a finales de los años 50 del siglo pasado por parte de montañeros del Centre Excursionista de Castelló. El 12 de Agosto de 1961, J.L. Viciano y F. Guallart abrieron la Vía Directa, de unos 180 m de longitud, usando una cuerda de cáñamo de 40 metros y 22 clavos, que por su puesto recuperaron, cómo era costumbre en aquella época. Hoy existen más de 40 vías, la mayoría de ellas equipadas. 
    El sendero de las vías de escalada es espectacular, transitando bajo el impresionante muro de calizas amarillas y rojizas (consecuencia de un alto contenido en hierro), con algunos pasos aéreos y   un destrepe final de unos 50 m, casi más delicado que la propia ascensión por la canal.
     Tras el destrepe coincidimos con el sendero que circula por debajo de la faja, y enseguida llegamos a la canal sur.
     Desde el pie de esta hendidura comprobamos que impresiona más desde arriba que desde aquí. Nos ponemos los cascos y comenzamos a subir escalonadamente, los aproximadamente 150 m de desnivel que nos separan de la cima. 
    De cuando en cuando hay que usar las manos para afianzar algún paso, pero en general la ascensión es bastante cómoda. Sólo cuando estamos finalizando, un gran bloque de roca ciega el paso y aquí es donde se ha instalado una cadena que nos ayuda a superarlo sin dificultad. 
      La salida de la canal se efectúa por la derecha hacia el monolito del vértice geodésico situado en la cima de Penyagolosa (1815 m).
    Después de descansar y gozar del paisaje que nos rodea, emprendemos la vuelta por la senda normal que recorre la vertiente norte.
     Al llegar al Corralico, continuamos bajando por el Barranc del Forn y sin abandonarlo llegamos al Barranc de la Pegunta. Seguimos la senda didáctica del Parque Natural que nos muestra las diferentes especies vegetales que enriquecen este húmedo paraje, pasando por la Font de la Pegunta y la Font Nova. Después cruzamos el lecho del torrente y salimos a la pista forestal que nos devolverá al ermitorio de Sant Joan de Penyagolosa.



Cima y vértice geodésico de Penyagolosa

miércoles, 9 de septiembre de 2015

El enebro y la sabina

Sabina albar (Puertomingalvo)


Enebros y sabinas (Benafigos)
        Cuando caminamos por estas montañas del Maestrazgo continuamente nos vamos a encontrar con enebros y sabinas. Son fácilmente identificables por su característica forma cónica u ovoidea desde la base, sin superar generalmente los 3 m de altura, y siempre verdes en cualquier estación del año.
        Están diseminados por los páramos en comunidades abiertas, o trepando por los riscos sin apenas suelo donde enraizarse, o emergiendo con sus afiladas copas de entre la garriga envueltas de aliagas y romeros, o en el sotobosque de pinares, carrascales o quejigales. Raro será el rincón del macizo de Penyagolosa donde no nos tropecemos con uno de estos arbustos.
Sabina negral (Las Cinglas -Puertomingalvo)
      El enebro y la sabina son árboles o arbustos que pertenecen al género Juniperus, dentro de la familia de las cupresáceas, la cual incluye también otras especies como el ciprés, la tuya y el cedro.
       En la zona geográfica que abarca este blog, es decir, el macizo de Penyagolosa y las cuencas de los ríos que lo enmarcan, encontramos las cinco especies principales del género Juniperus de la península ibérica: Juniperus communis (enebro común, ginebre), Juniperus oxycedrus (enebro de la miera, oxicedro, ginebró, càdec), Juniperus phoenicea (sabina negral, savina borda), Juniperus thurifera (sabina albar, savina turifera) y Juniperus sabina (sabina rastrera, savina de muntanya).
Hojas de sabina albar (Puertomingalvo)
     Se da la circunstancia de que, según los territorios de la península donde se encuentran, se intercambian los nombres vulgares, entre el enebro y la sabina, dándose frecuentes casos de sinonimia: varios nombres para una sola especie, y de polisemia: una sola voz sirve para nombrar varias especies.
      Hay regiones donde el nombre vulgar enebro se puede referir a las cinco especies peninsulares, las dos de hoja acicular (J. Communis , J. oxycedrus ) y las tres de hoja escuamiforme (J. Thurifera,
J. phoenicea, J. sabina ). Lo mismo ocurre con el nombre sabina que en algunos lugares se nombra también a las especies de hoja acicular. Por tanto, ante un topónimo determinado, en muchas ocasiones, no sabemos con certeza a qué especie se está refiriendo.
Tronco de sabina albar (Puertoningalvo)
    En el caso concreto de J. thurifera, en el centro y oeste de Castilla y León se le llama principalmente enebro, siendo normales los topónimos: enebredas, nebredas o negredos. Aunque también se le conoce en menor medida como jabino. Por el contrario, en el Este peninsular, en el área que abarca la parte oriental de Soria y Guadalajara, Catalunya, Aragón, País Valenciano, Murcia, Andalucía, Cuenca y Ciudad Real se le llama sabina o trabina, dando topónimos como sabinar, sabinal, trabinal o sabineta.
       Tanto enebros como sabinas son especies colonizadoras que forman parte del matorral xerofítico y poseen una serie de características comunes. La copa es muy ramosa, de forma cónica u ovoidea, que se torna irregular cuando el árbol va envejeciendo. El tronco, en los ejemplares arbóreos, es derecho y tiene una corteza fibrosa, que se desprende en tiras. La madera que producen es resinosa y olorosa. Sus hojas son perennes y se mantienen verdes todo el año. En el caso de los enebros, éstas son aciculares (muy estrechas y puntiagudas), punzantes, rígidas y casi planas. Sin embargo, en las sabinas las hojas son en forma de escamas, sobre ramillas redondeadas. Los pies o conos femeninos producen unos frutos carnosos redondeados, como bayas, cuyo color varía según la especie y la maduración, pasando del verde, al pardo-rojizo, marrón o negro-azulado. Estos frutos (arcéstidas) son muy apreciados por aves como el zorzal y el mirlo, y mamíferos como la cabra, la oveja y el zorro, los cuales ayudan a repoblar estas especies al esparcer las semillas con sus excrementos.

Veamos con más detalle cada una de estas especies.

Hojas de enebro común



Enebro común (Puertomingalavo)
Juniperus communis (enebro común, ginebre). Es un arbusto o árbol pequeño de 2 a 4 m, pero que puede llegar a alcanzar los 10 m de altura. Las hojas punzantes tienen, en el centro de su cara superior, una banda blanca. Hay enebros machos y enebros hembra, estas últimas producen unas bayas globosas (arcéstidas) que maduran en otoño y entonces son de color azul-negruzco, raramente castaño. Estas se utilizan para la elaboración de la ginebra, además su esencia se utiliza como antiséptico, antiparasitario y antirreumático.
Se cría en todo tipo de terreno, desde el nivel del mar hasta los 2000 m. En las montañas mediterráneas convive con el pino negral, el pino silvestre, la sabina albar, las encinas, los quejigos y las hayas. Los enebros tiene un lento crecimiento, entre 1 y 2 mm de diámetro del tronco al año.
Es común en las zonas media y superior, sobre todo en rincones boscosos. Por ejemplo es corriente en el Rodesnar, Sant Joan, Vistabella, Mas Vell, Mas d'Alberta, El Carrascar, Padro Martín, llegando hasta la cima de Penyagolosa.

Enebros de la miera (Mas de Campos - Vistabella)
Ginebró del Mas del Mig 

Juniperus oxycedrus (enebro de la miera, oxicedro, ginebró, càdec). Mantiene las características del enebro común con algunas diferencias que lo distinguen. Las hojas tienen en su haz dos bandas blancas en lugar de una. Los frutos o bayas son de color marrón rojizo al madurar. Su límite altitudinal es inferior y escasea a partir de los 1000 m. En las montañas prefiere las laderas secas y soleadas.
Este enebro es bastante habitual en el territorio que estamos analizando. Aunque prefiere los lugares más bajos y refugiados, observamos como asciende por la vertiente sur de Penyagolosa hasta los 1500 m. Como el enebro común lo vemos casi siempre en forma arbustiva, aunque en este caso, hemos encontrado aislados algunos ejemplares longevos de gran tamaño, entre 6-8 m de altura. 
Hojas de enebro de la miera
       Muestra de ello son: el Ginebró del Mas del Mig, en Pla de Vistabella, algunos pies en el enebral del Mas de Campos, junto al GR-7, y otros cerca del Mas de Forques, en la Vallusera, todos ellos en el término de Vistabella del Maestrat. En Xodos, hemos visto ejemplares arbóreos de gran porte en la base de la Moleta de Gargant. Y en Benafigos, próximos al Mas de Vives.







Sabinas negrales (Mas del Collao - Vistabella)



Hojas de sabina negral
Juniperus phoenicea (sabina negral, savina borda). Es un arbusto o árbol pequeño de hasta 8 m de altura, tronco derecho, corteza cenicienta o pardo rojiza, fibrosa y que se agrieta longitudinalmente. En los ejemplares viejos, el tronco puede retorcerse o inclinarse en lugares con vientos constantes. Las hojillas escamosas son ovado-triangulares, densamente solapadas y suaves al tacto. Las hojas juveniles son aciculares, similares a los enebros. En la misma planta se producen conos masculinos y femeninos. Los femeninos producen frutos en forma ovoide o bayas de color verde que al madurar se convierte en rojizo lustroso. Se cría en todo tipo de terreno, incluso en arenales marítimos, y hasta los 1400 m de altitud. Aguanta fuertes heladas y climas secos.
Sabina negral y Penyagolosa
Es la sabina más frecuente en el área que analizamos, apareciendo casi siempre en forma arbustiva, sin alcanzar grandes dimensiones. De hecho, cuando aparece el topónimo "Savinar", aquí se está haciendo referencia a la sabina negral. Por ejemplo, en Vistabella está el Savinar, junto a El Bovalar, al Noroeste del Pla, donde en la actualidad es un pinar de laricio, pero que mantiene algunos ejemplares aislados de sabina negral; y el cerro del Savinar, bajo el Mas de Campos, en el cañón del río Montlleó.
Nos la encontramos sobre todo en las vertientes áridas y soleadas de terrenos calcáreos. Acompaña muchas veces a los enebros, con los que se confunde por mantener la misma fisonomía.
En el valle del Linares, la vemos muy extendida en Las Cinglas (1400 m) y Los Tormos (1360 m) (Puertomingalvo). Pero también es frecuente en el Pla de Vistabella ( 1250 m), en Sant Joan (1375 m), en el Valle del Carbo (950 m), y en la falda del Penyagolosa (1500 m).



Savina turifera de la Graïda (Pla de Vistabella)



Hojas de sabina albar
Juniperus thurifera (sabina albar, savina turifera). Es una especie propia del Mediterráneo occidental, habitando tanto al sur de Europa (Italia, Francia y España) como en el norte de África (Marruecos y Argelia), aunque según algunos estudios en el año 2000, de las cerca de 200.000 ha de sabinar albar existentes en el mundo unas 150.000 ha se encontrarían en España.
Se trata de un árbol mediano, de 4 a 12 m de altura, y tronco que no suele superar el metro de diámetro. El tronco es similar al de la sabina negral. A diferencia de ésta, las hojillas tienen forma romboidal u ovado-laceolada. Suele haber ejemplares masculinos y femeninos. Los frutos que producen estos últimos son de color azulado a negro o rojizo, según la maduración, y recubiertos frecuentemente por una cera blanquecina.
Sabina albar (Puertomingalvo)
Las condiciones climatológicas que prefiere son de continentalidad térmica acusada, esto es, de inviernos muy fríos y veranos muy calurosos. Además de muchas horas de insolación anual, con sequías estivales y precipitación anual superior a 800 mm.
Puede formar sabinares abiertos, y los más extendidos son los de páramo. Estos se desarrollan entre 1100 y 1800 m. de altitud, especialmente en el Sistema Ibérico. Aunque pueden verse bajando hasta los 800 m y subiendo cerca de los 2000 m. También se mezcla con pinos negrales o salgareños, encinas, pinos silvestres y quejigos. Son de lento crecimiento (entre 2 y 4 mm/año de diámetro), difícil reproducción y muy longevos, pudiendo alcanzar hasta los 2.000 años de vida.
Savina Trabina
En el Macizo de Penyagolosa es la sabina menos habitual, pero cuando se halla encontramos algunos ejemplares centenarios. En el Pla de Vistabella, en un área extendida entre el Mas del Boiro y La Ribagrossa, hay un grupo de alrededor de 60 ejemplares poco desarrollados, pero algunos de los cuales alcanzan los 10-12 m de altura. Entre ellos está la Savina de la Graïda, con una altura de unos 9 m y un perímetro de tronco cercano a los 2,50 m.
En Puertomingalvo, hay al menos dos zonas donde crecen las sabinas albares. La más importante se expande por las faldas meridionales de Las Ampolas, entre la Fuente de la Penilla y el Mas de Valero. Aquí hay una comunidad abierta con más de un centenar de pies de todas las edades y desarrollos, pero con varios ejemplares longevos de entre 8-10 m de altura, en especial en los alrededores de la pista forestal a Vistabella. La otra zona con sabina albar la hallamos bajo Los Morrones, en la solana del valle del río Linares, donde se encuentra un grupo más reducido de ejemplares, también poco desarrollados pero con algunos alcanzando los 7-9 m de altura.
En Vilafranca conocemos una sabina albar solitaria, la Savina Trabina, en la partida del Bovalar, junto al Pla de Masorro. Ésta tiene más de 10 m de altura y un perimetro de tronco de unos 3,50 m por lo que su edad supera sobradamente la centena de años.

Sabina rastrera (El Plano - Puertomingalvo)



Sabina rastrera
Juniperus sabina (sabina rastrera, savina de muntanya). De características parecidas a la sabina albar. Es el tipo de sabina achaparrada, que crece a ras del suelo en lugares elevados, entre los 1500 y 2500 m de altitud, formando manchas irregulares sobre el terreno.
Aquí está en la falda del Penyagolosa, y sobre todo en el altiplano de Prado Martín a 1550 m donde crece en extensas colonias. En Puertomingalvo, son representativas de este arbusto la cumbre de Las Ampolas (1700 m) y especialmente El Plano (1500 m), conocido también como el Poljé de Mosqueruela. Así mismo lo podemos encontrar más esporádicamente en otros lugares de Vistabella, como Sant Joan, Más de Benages y el Mas Roig.




sábado, 20 de junio de 2015

Pla de Vistabella-Fontana de Dalt-Pont Romà

Resumen.

Ruta circular por el bosque de pinos silvestres y negrales de la umbría del río Montlleó, en el borde occidental del Pla de Vistabella. Pasando por varias fuentes como la de la Marta, Fontana de Dalt, del Mig y de la Porcà, recorreremos un tramo del cañon del río Montlleó, frontera entre Aragón y el País Valenciano. Además visitaremos el Pont Romà y una calzada de origen posiblemente romano.

Penyagolosa desde el Pla de Vistabella.
Distancia aproximada: 14,3 km
Desnivel acumulado: 840 m


Enlace al track de la excursión








Descripción del recorrido.


Font de la Marta
        Esta ruta se inicia en el borde occidental del Pla de Vistabella, junto al Mas el Cap del Pla (1150 m). Se puede llegar hasta aquí en coche por pista de tierra, con algunos baches. Hay que seguir la carretera CV-170 pasando Vistabella del Maestrat hacia Puertomingalvo y, a la altura del km 40, tomar una pista a la derecha hasta las casas de La Venta, donde nos desviamos a la izquierda y, después de una gran balsa contra incendios, llegaremos al Cap del Pla.
      Comenzamos nuestro itinerario subiendo suavemente hacia el Norte por una pista que recorre parcialmente el Pas de la Marta, antiguo camino de tránsito del ganado.
Lloma del Mas de Peris
        Dejamos dos entrantes a la derecha y seguimos por senda entre muros de piedra seca. Nos envuelven pinos silvestres, carrascas y enebros. Cuando la vegetación se espesa descendemos al Barranc y Font de la Marta (1130 m), en cuyo abrevadero de obra hay un pequeño lavadero.
     Buscamos un sendero, señalizado con puntos azules, que asciende hacia el Este (derecha) por la umbría del barranco y en paralelo a él. Por la ladera se extiende la hierba bajos los pinos y junto al camino el espino albar.
     Al llegar a la cabecera, salimos de la vaguada por la izquierda siguiendo los muros de piedra, y alcanzamos la Lloma del Mas de Peris (1200 m). Es un páramo limitado por muros de piedra seca, con algunos enebros jóvenes aislados. Tras los muros están Els Freginals, zonas destinadas al cultivo de forraje.
Pla de Vistabella
      Desde este altiplano observamos el Pla de Vistabella y, siguiendo hacia el Este seguimos una pista de tierra que desciende al llano.
Azagador del Bovalar
     Cerca de las casas del Mas de Lunes, dejamos la pista y nos desviamos hacia el Norte (izquierda) por el azagador del Bovalar (1160 m). Ahora las marcas son puntos rojos. Subimos entre muros de piedra que cierran campos abandonados. Por el camino afloran los estratos calizos, en los que la erosión ha formado un lapiaz, y también encontramos fósiles de bivalvos del género Exogyra, conocidos popularmente como orelles de moro.
     El camino se cruza con la pista de La Estrella, que vamos a seguir hacia el Oeste (izquierda). En los márgenes abunda el piorno azul (coixí de monja), y también la ontina que tiñe de amarillo los meses de junio. Dejamos atrás el Mas de Rosca y al poco surge a nuestra derecha otro azagador, el Carreró del Corso (1215 m), que ascendemos por una pista difusa. A nuestra espalda tenemos una buena visión del poljé de Vistabella, Penyagolosa y Vistabella del Maestrat. El suelo está cubierto por el típico tomillar con espliego, además de enebros y sabinas.
Pinar negral bajando a la Fontana de Dalt.
       Poco a poco nos adentramos en un pequeño carrascal, abandonamos la pista que desciende y seguimos subiendo por un sendero que atraviesa el collado (1260 m) entre el Tossal del Mas de Leandro y el Tossal del Mas de Folc.
      Al descender del collado hacia el río Montlleó, la vegetación cambia por completo. Un denso pinar de laricios cubre la ladera de umbría. El sendero, cubierto de pinocha, atraviesa diagonalmente la empinada vertiente entre pinos adultos de gran altura. Finaliza en una pista poco usada que lleva al Prat de Martí, pero nosotros seguimos por la izquierda (suroeste) para llegar a la Fontana de Dalt (1057 m).
Fontana de Dalt
      La fuente se encuentra en una vaguada en un caos de grandes bloques de roca caliza y pinos, cubiertos de hiedra.
      Proseguimos el camino y nos encontramos de nuevo con la pista de La Estrella. Ahora dejamos los puntos rojos que nos llevarían al santuario, y ascendemos hacia el Sur (izquierda). El espeso pinar apenas nos permite observar las paredes de la vertiente opuesta del cañón del río Montlleó. Numerosas matas de boj ascienden por la ladera y también algún enebro aislado de gran porte.
      En la primera curva cerrada dejamos la pista por otra menos transitada que continua hacia el sur, pasando junto a una casa en ruinas. Al poco comienza a descender y entonces nos desviamos a la izquierda por un sendero de ganado que sube a una terraza. El camino se pierde entre la hierba, los rosales silvestres, los pinos, los arces y algún manzano. Siguiendo los hitos por los bancales hacia el suroeste, llegamos a Les Foies del Mas de la Cambra, una zona cultivada donde hay un par de balsas para el ganado y el Pou del Mas de la Cambra (1121 m).
Acantilados del río Montlleó
      Rodeando el manantial llegamos a otra pista que seguimos en descenso por el pinar negral. En un cruce, tomamos el ramal de la derecha que sigue bajando. Más abajo, en la siguiente bifurcación tomamos el camino de la izquierda.
       La pista en desuso serpentea entre antiguos bancales de cultivo, hoy invadidos por los pinos laricios, hasta morir en el lecho pedregoso del río Montlleó (937 m).
      El cauce aquí suele estar seco, ya que sólo lleva agua después de fuertes y prolongadas lluvias.
      Cruzamos el río junto a una gran roca caliza y un grupo de álamos negros. La otra orilla es territorio aragonés, del término de Mosqueruela, puesto que este tramo del río Montlleó sirve de línea fronteriza entre Aragón y el antiguo reino de Valencia, desde la Edad Media, cuando fue marcada por el rey Jaume I al fundar del reino valenciano en el s. XIII.
Río Montlleó
      Encontramos un sendero borroso hacia el Sur (izquierda), que sube en diagonal a la pendiente por una vieja e inacabada pista forestal conquistada por la maleza y los derrumbes. Vamos ganando altura para salvar el meandro del río que forma la Moleta de Maravilla, y pasar junto a la masía homónima.
      En los bancales bajo el Mas de Maravilla (1031 m) hay varios cerezos y frente a él, en la vertiente valenciana, vemos el Mas de la Noguera. Dejamos a la derecha las casa del mas y descendemos hacia el Este, rodeados de carrascas y pinos negrales hasta llegar de nuevo al cauce del río Montlleó (977 m).
     En esta parte del río afloran los estratos calizos que son moldeados por el agua formando marmitas y escalones. Esta zona suele tener agua porque existe un manantial poco más arriba, cercano al puente medieval.
Río Montlleó
     Vadeamos el río y regresamos a la orilla valenciana. Giramos hacia el Sur, mientras seguimos los hitos próximos a un muro de piedra que delimita el cauce. Por la derecha se incorpora al Montlleó el Barranc de les Calçades o de Prados.
      Seguimos unos metros por el lecho del río, salvando alambres que cercan el ganado y blancas rocas calizas. Y después trepamos por la izquierda a una terraza herbosa y abandonamos el cauce del río.
    Continuamos por la pradera, entre las terrazas de cultivo abandonadas del Mas del Pont y el río, hasta llegar al Pont Romà o de les Calçades (985 m), bajo las imponentes paredes rojizas de la Penya Roya.
Pont Romà o de Maravillas.
      En realidad, este puente es de fábrica medieval y, según está documentado, se construyó en el s. XIV por el concejo de Mosqueruela, donde es conocido como Puente de Maravillas. Sin embargo, se asienta sobre sillares de origen romano, y también es sabido que por aquí transcurría una vía romana secundaria que unía la Vía Augusta, a la altura de l'Arc de Cabanes, con las tierras altas turolenses. De aquí el probable origen del topónimo Pont Romà.
      Retomamos las marcas azules y subimos por la pista forestal hacia el Este. Dejamos a la derecha el aljibe del Pou del Mas del Pont y en el collado pasamos junto a las casas del Mas del Pont (1020 m).
Font del Mig.
      Nos introducimos en el frondoso y umbrío bosque de pinos silvestres, salpicado de pinos laricios, pinos rodenos, arces, avellanos y arbustos como el espino albar y el rosal silvestre.
       Pasamos junto a la Font del Mig (1041 m) y después salimos de la pista y caminamos, en paralelo, sobre el antiguo camino empedrado, cuyos orígenes podrían ser la antigua calzada romana. Regresamos momentáneamente a la modera pista, para abandonarla definitivamente poco después, ascendiendo por el viejo camino y, tras pasar por la Font de la Porcà (1110 m), llegamos al Cap del Pla (1150 m). Conclusión de la ruta.

viernes, 8 de mayo de 2015

Els Pelegrins de Les Useres.

Els pelegrins de Les Useres

Les Useres
Es viernes, el último del mes de Abril. Son las 8 de la mañana cuando se abren las puertas de la iglesia de Les Useres. Se escuchan rezos y cantos en su interior. El grupo de curiosos que se arremolina en el exterior guarda silencio. No faltan los políticos de turno ansiosos por ocupar la primera fila.
Los feligreses comienzan a salir de la iglesia en procesión. Van precedidos por la cruz y dos cirios, y flanqueando el guión de Sant Joan.
A continuación, solo, sale el guía dels pelegrins con el tradicional vestido azul. Le siguen los tres cantores de blanco, y los tres clavarios y el representante del ayuntamiento, con capas y sombrero negros. Finalmente aparecen, uno a uno, los doce pelegrins.
Toda la procesión recorre rezando algunas calles del pueblo. Antes de abandonarlo, los peregrinos se postran en la ermita del Loreto.
Els pelegrins en la Font de la Vall
El guía y los doce pelegrins caminan descalzos sobre una alfombra de hojas de hiedra. A la salida del pueblo, en el Filador, un grupo de niños los espera para entregarles su calzado a cambio de un pedazo de pan.
Estos son los preámbulos de la peregrinación anual más famosa a Sant Joan de Penyagolosa. Aunque sus orígenes son inciertos, probablemente se inició en el s. XIV. Se trata de una rogativa comunitaria del pueblo de Les Useres, en la que todo el pueblo participa de alguna forma, y en la que se pide al santo salud, paz y agua. En ella todo está reglamentado meticulosamente: los participantes con sus repectivos roles, los actos que se celebran, las paradas para rezar o descansar, los cánticos y rezos, los horarios y las comidas. Y todo se sigue con rigor.







Distancia aproximada de Les Useres a Sant Joan: 24,6 km
Desnivel acumulado: 1720 m en subida y 840 m en bajada

Enlace al track de Les Useres a Sant Joan

Distancia aproximada de Sant Joan a Les Useres: 24,3 km
Desnivel acumulado: 860 m en subida y 1740 m en bajada

Camí dels Pelegrins
Desde el Filador se inicia la caminata de alrededor de 25 km que nos llevará al Santuario de Sant Joan de Penyagolosa. Los numerosos romeros y excursionistas que les acompañan, creyentes o no, se distribuyen en dos grupos. El primero se adelanta a la comitiva de los peregrinos y el segundo los persigue. Ambos grupos se mantienen a cierta distancia de ésta, gracias al control que ejerce el servicio de orden, cubiertos con unos tradicionales sombreros negros.

El séquito de los peregrinos lo inicia el dipositari, seguido de les càrregues, una reata de caballerías (caballos y mulas) y sus respectivos portadores. Unas transportan carga relacionada con la peregrinación (comida, bebida, ajuar, ...) y otras son las monturas de una parte de la comitiva (sacerdote, dipositari, clavarios, cocineros, ...). A continuación van els promeses, un grupo de hombres que cumplen algún voto. Y por último, camina el guía seguido de los tres cantores, el capellán, el clavario de turno, el representante del ayuntamiento y los doce pelegrins.
Penyagolosa desde la Serra de la Creu
El camino está señalizado con marcas rojas y blancas en su totalidad, ya que forma parte del GR-33 que une Castelló de la Plana con Sant Joan de Penyagolosa.
Desde Les Useres (390 m), comenzamos ascendiendo por una pista que al poco dejaremos por un sendero. Bordeamos la Vilavella y el Tossal Gros. Según nos alejamos del pueblo dejamos atrás terrazas de almendros y otros cultivos. Pronto nos encontramos en el primer repecho de la romería. Serpenteando superamos unos bancales abandonados entre barracas y muros de piedra seca.
La primera parada se efectúa en el Corral Blanc, donde los peregrinos almuerzan durante media hora. Es una oportunidad para adelantar a la comitiva, si se desea.
Cenia en la Font de la Vall
Estamos en la estribaciones meridionales de la Serra de la Creu, que ronda los 700 m de altitud. El arbolado casi ha desaparecido como consecuencia de los numerosos incendios que han devastado la zona, el último en el verano de 2007. La garriga se ha impuesto aunque brotan los pimpollos de pino carrasco y de enebros y sabinas, entre las coscojas, aliagas, jaras, romeros y tomillos.
El roquedo calizo aflora en forma de lapiaz que lo invade casi todo, haciendo más penosos algunos tramos del camino.
Al superar la sierra (720 m), tenemos una estupenda visión de Penyagolosa, al tiempo que entramos en el término municipal de Llucena. Enseguida descendemos la ladera opuesta zigzagueando. En la base hay una balsa para el ganado y después nos adentramos en un bosquecillo de pinos y carrascas en la cabecera del Barranc de la Sénia.
Sant Miquel de les Torrocelles
Al salir del arbolado, atravesamos unos campos de cultivos y otra balsa, y enseguida bajamos bruscamente en zigzag al Barranc de la Vall. Ambos barrancos forman parte de la cabecera de la Rambla d' Atzeneta, último afluente significativo del río Montlleó.
Cruzamos el lecho del barranco y ascendemos entre bancales en producción, en los que vemos algunas cenias y refugios de piedra seca.
Llegamos a la Font de la Vall (526 m), bajo el mas del mismo nombre. En este lugar vuelven a parar los peregrinos a rezar, descansar y beber. Los animales que les acompañan aprovechan para abrevar en la fuente.
Proseguimos subiendo por la ladera, atravesando las casas del Mas de la Vall, hasta el collado desde el que ya podemos ver la ermita fortificada de Sant Miquel de les Torrocelles.
Els pelegrins en Sant Miquel
Nuevo descenso precipitado al Barranc de les Torrocelles, mientras se escuchan los toques de la campana de la ermita anunciando la llegada de Els Pelegrins. Vadeamos el cauce seco del barranco y subimos a Sant Miquel (579 m).
El lugar está repleto de gente de Les Useres y de los pueblos vecinos que han llegado en coche por la pista de Atzeneta del Maestrat. Hay familias almorzando, vendedores ambulantes y un improvisado bar.
Els Pelegrins llegan alrededor de las 12:00. Entran en la ermita, oyen misa y después descansan y comen en el interior del recinto fortificado. Aquí permanecen hasta las 15:15, cuando reanudan la marcha.
Al principio, el camino baja al Mas de Marín y atraviesa una zona abancalada con almendros. Después iniciamos un prolongado ascenso para superar el tercer escalón de la romería, la Lloma de Bernat.
Mas de' Ahicart
Regresamos a la garriga salpicada de pinos carrascos, enebros y sabinas con la roca caliza desnuda a nuestros pies. Pasamos por el Mas de la Noguera, encalado pero sin actividad.
Vamos salvando varias lomas y llegamos al Mas d'Ahicart (798 m), ya en territorio de Xodos. Los peregrinos se detienen en su fuente a descansar unos minutos. A continuación, cortando unos bancales yermos, la senda entra en el pinar que ocupa la umbría del Barranc de Valentí. Luego vienen Les Voltes dels Pelegrins, la escalonada ascensión a la Lloma de Bernat (1030 m). Mientras suben, los cantores repiten sus cánticos que resuenan en el pequeño circo rocoso. Arriba vuelve a descansar toda la comitiva.
Xodos
Desde la loma sigue un largo descenso hasta Xodos. Al principio es suave y con escaso arbolado, sobre todo hay sabinas negras y enebros jóvenes. Pero al llegar a la Lloma de Baix la pendiente aumenta y bajamos en zigzag, al trasponer un denso pinar.
Nos situamos en una pista forestal junto al cauce del Barranc Fondo de Xodos, que seguimos aguas arriba y lo vadeamos. Este barranco se convertirá en el río Llucena, aguas abajo.
Llegamos a la Vega de Xodos, rebasamos el Peiró de la Vega, y proseguimos por el lecho del barranco, dejando a la derecha la población, sin entrar en ella. Cerca del Molí de Xodos, abandonamos el cauce y salimos a una pista que nos conduce a la Font dels Possos (1053 m), siguiente parada de la peregrinación.
Caballería descansando
Alrededor de la fuente se agolpa la gente de Xodos y los caminantes ya cansados. Cuando llega la comitiva de los peregrinos les reciben en silencio, como siempre. Todos merendamos, son las 18:30, y nos preparamos para el último y más fatigoso de los repechos, las faldas del Marinet.
Este tramo del sendero es duro, pero agradable. Rodeados del rico bosque de montaña remontamos la umbría ladera hasta alcanzar el collado del Pla de la Creu, a 1390 m de altitud. Aquí, al entrar en término de Vistabella del Maestrat, descansan por última vez los peregrinos antes de entrar en Sant Joan.
El rápido descenso al santuario se realiza, entre prados y pinos silvestres, por una senda que va cortando la pista forestal que une éste con Xodos. Tras cruzar el Barranc de l'Avellanar (1255 m) y superar una breve cuesta llegamos al Peiró de Sant Joan (1280 m).
Peiró de Sant Joan
Els Pelegrins con su séquito llegan de noche, pasadas las 21 h. y esperan en el Peiró a que los reciban una procesión encabezada por el cura de Vistabella, con el guión de Sant Joan y una enorme bandera roja o pendón, que los llevará a la iglesia.
Durante la noche, antes y después de la cena, se suceden los actos religiosos con cantos y rezos, en los que els pelegrins son los protagonistas.
El sábado por la mañana se celebran las misas de les càrregues a las 7, y la de els pelegrins a las 8. Después, aislados, celebran en la sacristía el rito central de la peregrinación: la Cerimònia del Perdó. En ella el guía dirige unas palabras a els pelegrins, y a continuación se piden perdón mutuamente por las ofensas cometidas.
Font de l'Arxivello
Los peregrinos comen a las 12. Hacía la 1 del mediodía, se forma la procesión de despedida que recorrerá de nuevo el santuario junto a ellos con cantos, rezos y volteo de campanas.
El camino de vuelta a Les Useres, es practicamante el mismo que el del día anterior, con algunas excepciones.
Al bajar el Marinet, la comitiva se desvía a la Font de l'Arxivello para descansar, en lugar de hacerlo en la Font dels Possos. A continuación, els pelegrins se dirigen a Xodos donde llegan hacia las 15 horas, siendo recibidos por el pueblo. Aquí caminan descalzos hasta la iglesia, en la que vuelven a rezar y cantar, antes de abandonarlo. La siguiente parada la realizan en la Lloma Bernat.
Entrada en Xodos
A lo largo del camino, en lugares accesibles por vehículos, se concentran grupos de personas para ver pasar els pelegrins. También, en ocasiones, algunos limpian la senda y la alfombran con flores y hojas, extraídas de los alrededores, incluso se pintan tapices florales con motivos religiosos.
Otro breve descanso en el Mas d' Ahicart y posteriormente pasan, hoy sin entrar, por Sant Miquel de les Torrocelles. Poco después, se detienen a merendar en la Font dels Xops, alrededor de las 18 horas. La última pausa, antes de llegar a Les Useres, es en el Corral Blanc.
Los romeros y el pueblo en general reciben un trozo de pan en la entrada de Les Useres.
La llegada de els pelegrins y su séquito al pueblo es de noche, pasadas las 21:30 horas y se realiza con la misma solemnidad que ha mantenido toda la peregrinación.
Suena la campana de la ermita del Loreto, el pueblo que asiste al ritual enmudece. Un grupo de niños corre por la calle portando el calzado de los peregrinos. De pronto, se escucha a los cantores recitar sus cánticos. Los vemos bajar seguidos de los peregrinos, que van ordenadamente en procesión, descalzos sobre una alfombra de hojas y portando velas encendidas.
Tapiz floral en el Camí dels Pelegrins.
Recorren las calles del pueblo, deteniéndose a rezar en la ermitas del Loreto y de Sant Antoni, para finalizar donde comenzó la peregrinación el día anterior, en la iglesia parroquial de Les Useres.