Flora y Fauna

La vegetación: una riqueza a preservar.

Quejigos en el pinar. Las Ampolas (Puertomingalvo)


El paisaje vegetal que descubriremos cambiará constantemente debido a una serie de variables, pero sobre todo al tipo de suelo, la orientación y la altitud.
La alternancia de los suelos es un factor favorecedor de la diversidad, ya que el roquedo siendo mayoritariamente calcáreo se alterna con materiales silíceos (arenas, margas y arcillas). Las calizas permiten que el agua se filtre, sin embargo los otros materiales retienen mejor el agua manteniendo los suelos húmedos.
Por otra parte, la accidentada orografía con profundos barrancos en diferentes orientaciones, creará una disparidad de vertientes de solana y umbría que influirá en los períodos de insolación y el grado de humedad del terreno.
Por último, la diferencia altitudinal de la cuenca, entre los 300 y los 1800 m., supone la existencia de la mayoría de los pisos bioclimáticos de la región corológica mediterránea, como consecuencia de la variación de la temperatura y la precipitación media anual.
Todo ello formará un conjunto extremadamente rico en especies, con una gran variedad en su distribución, de hecho son más de un millar las especies catalogadas en todo el macizo de Penyagolosa, siendo ya muy conocida esta opulencia en el s. XVIII, según nos ha legado el botánico valenciano A. J. Cavanilles en su célebre tratado.
Siguiendo una secuencia ascendente hallaremos, por debajo de los 1000 metros de altitud, una vegetación mesomediterránea formada por los carrascales (Quercetum rotundifoliae), pinares de pino carrasco (Pinus halepensis/pi blanc) y numerosas especies mediterráneas como el romero (Rosmarinus officinalis/ romer), el aladierno (Rhamnus alaternus/aladern), el brezo (Erica arborea/bruc boal), el jazmín silvestre (Jasminum fruticans/llessamí groc). En setos y ribazos aparece el rosal silvestre o escaramujo (Rosa canina/roser bord) y la zarzamora (Rubus ulmifolius/esbarzer). En algunos tramos del fondo del cañón del Montlleó, en la vertiente de umbría, abunda el boj (Buxus sempervirens / boix), formando tupidos matorrales, como ocurre cerca de La Estrella.
Sabina negral
Buena parte de la cuenca alta se sitúa entre los 1000 y los 1500 m. donde surge el piso supramediterráneo. Aquí, en las zonas calcáreas se desarrollan los robles de hoja pequeña o quejigo (Quercus faginea ssp. valentina/roure valencià o gal·ler), los pinares de pino laricio (pinus nigra/pi negral) y pino silvestre (pinus sylvestris/pi roig), y en las zonas más cálidas los carrascales. En estos ambientes crecen un alto número de plantas bajas de origen eurosiberiano como el sangonillo (Cornus sanguinea/sanguinyol) y la arveja silvestre (Vicia sepium/ veça de bardissa).
En los barrancos de ombroclima más húmedo aparecen el pino silvestre, junto con arces (Acer opalus ssp. granatense/ auró), acebos (Ilex aquifolium/ grèvol) , tejos (Taxus baccata/ teix) , avellanares (Corylus avellana/ avellaner), mostajos (Sorbus aria/ moixera) y el peral de monte (Sorbus torminalis/ moixeres de pastor). En los escarpes rocosos, se instalan especies rupícolas de la asociación Campunulo- Saxifragetum valentinae.
En los terrenos silíceos crece el pino rodeno (Pinus pinaster/pinastre) y de forma aislada podemos encontrar el roble rebollo (Quercus Pyrenaica/reboll) aunque muy escaso, como el bosquecillo de El Rebollar localizado entre los pinares situados al NO de Sant Joan de Penyagolosa.
Resistiendo los climas extremos, en todo tipo de suelos, hallamos los enebros (Juniperus communis y J. oxycedrus) muchas veces acompañados de la sabinas negrales (J. phoenicea) y albares (Juniperus thurifera), aunque esta suele preferir el sustrato calizo.
En alturas que rondan o superan los 1500 m. surge el tipo de vegetación oromediterranea donde observamos la asociación de pino albar y sabina rastrera (Juniperus Sabina) acompañadas casi siempre de enebros y sabinas. Los prados se sitúan en las vertientes norte, donde crecen la Festuca hystris, Potentilla cinerea, Koeleria vallesiana y Poa ligulata. En las cotas más altas, soportando los fuertes vientos, como el pico de Penyagolosa, el Alto del Pelejero o las Ampolas, crece la vegetación pulvinular representada sobre todo el erizo o piorno azul (Erinacea anthyllis/coixins de monja).

El arce. (Acer opalus ssp. granatense)


Arce
El auró para los valencianos, es un árbol caducifolio endémico del norte de África, Mallorca y la mitad meridional de la Península Ibérica. Vive entre los 700 y 1.600 m. Puede alcanzar los 10 m. de altura, aunque aquí lo encontramos generalmente en forma arbustiva. Suele salpicar los carrascales y quejigales en zonas con suficiente humedad.
Tiene la corteza grisácea o rojiza y las ramas abiertas. Sus características hojas tienen forma palmeada con cinco lóbulos profundos y el borde irregular dentado, son coriáceas, lustrosas por el haz y mates, pálidas y vellosas por el envés.
Florece entre Abril y Mayo, y fructifica de Junio a Agosto. Con la llegada del otoño, sus hojas adquieren el color amarillo-rojizo que tanto las destacan entre pinos y carrascas.





El quejigo. (Quercus faginea ssp. valentina)

Quejigo
Es el roble valenciano, conocido también por gal.ler. Es un árbol semicaducifolio que requiere ambientes subhúmedos y suelos profundos y frescos. En la zona que estamos tratando se presenta en grupos reducidos aislados o acompañando a las carrascas. Aparece entre lo 800 y 1.500 m.
Pueden llegar hasta los 20 m. de altura, tiene un tronco derecho, no muy grueso y con corteza grisácea, delgada y muy agrietada. Las ramas jóvenes son pardo-rojizas o grisáceas, cubiertas de pelos estrellados.
Sus hojas son simples, alternas, semicaducas que se mantienen marchitas en la planta largo tiempo. Láminas algo coriáceas con borde dentado, verdes y lustrosas por el haz y verde-pálidas o ligeramente cenicientas por el envés. En el otoño, se tornan de color amarillo pálido antes de su lenta caída.
Las flores son masculinas agrupadas en amentos colgantes y flojos. El fruto es una bellota que madura antes que la de la carrasca, está situada sobre cortos pedúnculos y con cúpula.
Como consecuencia de la picadura de un insecto sobre brotes jóvenes, se desarrollan unas bolas del tamaño de una nuez que se denominan agallas, muy apreciadas para obtener taninos para uso medicinal, curtido de pieles y fabricación de tinta.

La carrasca. (Quercus ilex L. rotundifolia)


Carrasca
La carrasca es el principal representante del bosque autóctono mediterráneo. Admite todo tipo de suelos prefiriendo los ambientes secos y en montaña las vertientes de solana. Soporta bien el calor, el frío y la sequía, pero no ambientes extremos áridos o fríos, por lo que no suele sobrepasar los 1.500 m de altitud.
Se presenta tanto en forma arbórea como arbustiva pudiendo alcanzar los 20 m de altura. El tronco es derecho o algo retorcido con la corteza agrietada de color ceniza o parda.
Su floración se manifiesta entre Abril y Mayo, y los frutos aparecen durante el otoño.
Las hojas perennes, permanecen en el árbol durante 3 o 4 años, son simples y alternas con el borde generalmente dentado y espinoso. Su color es verde pruinoso por el haz y blanquecino o grisáceo por el envés. Éstas permiten diferenciarla de la encina (Quercus Ilex Ilex), puesto que tienen entre 5 y 8 pares de nervios laterales, en lugar los 7 a 14 de la encina.
El fruto es una bellota ovoide pedunculada con cúpula basal en forma de dedal, a veces con un sabor dulce.


Cuatro variedades de pinos.

Según la altitud y el tipo de suelo nos encontramos con cuatro diferentes variedades de pino:

El pino carrasco (Pinus halepensis/pi blanc) es muy abundante, ya que se adapta a cualquier tipo de suelo y resiste bien la sequía. Es una variedad muy usada para la repoblación forestal, y su madera se utiliza para la construcción y el mueble. Se mantiene en tierras bajas, por debajo los 1000 m de altitud. Convive normalmente con lentiscares y coscojares y en menor medida con los carrascales. La corteza tiene un color ceniza que con la edad varía hacia tonos rojizos. Las hojas aciculares son verde claras, de entre 6 y 15 cm de largo y 0’5 a 1’1 mm de ancho, agrupadas de dos en dos. Las piñas son alargadas, ovoideo-cónicas de 5 a 12 cm de largo por 4 cm de ancho.

Pino silvestre
El pino rodeno (Pinus pinaster/pinastre) es amigo de los suelos arenosos, silíceos y poco calcáreos en alturas que van de los 700 a los 1500 m. Puede acompañar a robles y carrascas. El tronco es grueso y recto, la corteza pardo rojiza y la forma de la copa piramidal. Las hojas son verde oscuras, de 10 a 27 cm de largo por 2 a 2’5 mm de ancho agrupadas en parejas. Las piñas ovoideo-cónicas de 8 a 22 cm de largo. Se ha cultivado desde antiguo para aprovechar su resina.
El pino silvestre o albar (Pinus sylvestris/pi roig) se desarrolla en las zonas altas, entre los 600 y 2000 m. Puede sobrepasar los 30 m de altura. Su tronco es recto y cilíndrico, en su parte superior adquiere un tono rojizo característico al descamarse la corteza. Las hojas, verdes o blanco-azuladas, son cortas, de entre 3 y 7 cm de largo por 1 a 1’5 mm de ancho. Las piñas tienen entre 2 y 6 cm de largo por 2 a 3’5 cm de ancho. Es explotado forestalmente.
Pino laricio
El pino laricio (Pinus nigra ssp. salzmannii /pi negral) tiene preferencia por los suelos calizos, algo húmedos, y puede alcanzar los 40 m de altura. Su rango altitudinal se sitúa entre los 600 y 1900 m pudiendo aparecer mezclado con pino albar, carrascas y robles. Tiene un tronco derecho, de corteza grisácea -más oscura en los ejemplares de más edad- , resquebrajada y rugosa. La copa puede tener diferentes formas, piramidal con ramas desde la base en los árboles jóvenes, o ovoide, columnar, aparasolada o irregular en los adultos. Sus hojas, de color verde intenso, son poco punzantes, de 10-16 cm de largo por 1-1,5 cm de ancho. Las piñas ovoides, pardo rojizas o pardo amarillentas, de 4-8 x 3 cm . Se usa con fines forestales y madereros.






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La fauna.

El macizo de Penyagolosa da cobijo a una rica variedad de fauna, con algunas especies muy escasas o desaparecidas en el resto del País Valenciano.
En las zonas boscosas se refugia el jabalí (Sus scrofa / porc senglar ) , el zorro (Vulpes vulpes / rabosa), el tejón (Meles meles / teixó), la gineta (Genetta genetta / geneta), la comadreja ( Mustela nivalis / mostela), el turón (Mustela putorius / turó), la garduña (Martes foina / fuina) y el lirón careto (Eliomys quercinus/ liró ). También se encuentran un gran número de micro mamíferos como el topillo común (Microtus duodecimcostatus/ talpó) o la musaraña común (Crocidura russula / musaranya).
Entre las aves que nidifican en el bosque se hallan rapaces como el gavilán (Accipiter nisus / esparver), el águila culebrera (Circaetus gallicus / águila serpera), el azor (Accipiter gentilis/ astor) y el carabo común (Strix aluco / gamarús). En los pinos carrasco construye su nido el verderón (Carduelis chloris/ verderol). También se puede observar el piquituerto común (Loxia curvirostra / pictort) que se alimenta de piñas de pino albar, el agateador ( Certhia brachydactyla / raspinell ) y el trepador azul (Sitta europaea / picasoques) más abundante en los bosques de carrascas y robles, quien aprovecha los agujeros en los árboles para construir su nido y estrecha la entrada a base de barro.
Entre los anfibios son frecuentes el sapo corredor (Bufo calamita/ granot) y el sapo partero (Alytes obstetricans/ granotet) y entre los reptiles la culebra lisa europea (Coronella austriaca/ serp) y la víbora (Vibera aspis/ escurçó).
En los riscos de roca caliza no es difícil encontrar grupos de cabra montés (Capra pyrenaica /cabra montesa). También habita entre la vegetación rupícola, aunque difícilmente nos tropezaremos con él, el mucho más esquivo gato montés. La avifauna más representativa anidando en los escarpes del roquedo es el cuervo (Corvus corax/ corb), la chova piquiroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax / gralla de bec rogenc), el roquero rojo (Monticola saxatilis/ merla roquera) y la collalba negra (Oenanthe leucura / coliblanc gran). Cerca de los lechos del río y barrancos, entre la vegetación de ribera, tienen su nido el martín pescador (Alcedo atthis/ blauet), el ruiseñor bastardo (Cettia cetti/ rossinyol bord) y algunos reptiles como la culebra de agua (Natrix maura/ serp d’aigua) y la culebra rayada (Elaphe scalaris/ serp pardalera).
Aunque no suele anidar permanentemente por estos lugares, salvo en el cañón del Montlleó, es bastante común observar a grupos de buitres leonados (Gyps fulvus / voltor) surcar los cielos con su calmado vuelo circular. Muchos de ellos proceden de las buitreras de Villarluengo (Teruel) y frecuentan los comederos organizados de Villahermosa del Río y Mosqueruela.

La cabra montés (Capra pyrenaica hispanica)

Cabra hispánica

La cabra hispánica tiene un cuerpo robusto, con patas cortas terminadas en pezuñas adaptadas al desplazamiento sobre riscos, éstas combinan un borde exterior muy duro, que se afila hacia la punta, y que les permite trepar aprovechando un mínimo apoyo, con las almohadillas internas rugosas que se acoplan al suelo evitando deslizamientos.
Su característica más destacada son los cuernos en forma de lira, que lucen los machos. Aparecen en los primeros meses de vida y se desarrollan rápidamente hasta los 8-10 años, formando nudos anualmente que permiten estimar la edad aproximada del animal.
La cabra montés es gregaria, vive en grupos separados, por un lado los machos y por otro las hembras con los más jóvenes. Al llegar el celo, sobre noviembre, empiezan a verse grupos mixtos. En esta época los machos se vuelven agresivos, peleando entre ellos, para determinar quien se queda con el harén.
Las hembras cubiertas parirán de mayo a junio, normalmente una cría. Durante los primeros meses los cabritos están expuestos a los predadores (zorros, águilas), pero se desarrollan rápidamente, así las hembras pueden quedar cubiertas al año, mientras que los machos maduran sexualmente a los dos años, edad a la que abandonan el grupo de las hembras para unirse al de los machos.
En condiciones naturales, no se limitan a frecuentar cintos y quebradas, para lo que están perfectamente adaptados, ya que se pueden encontrar también en bosques y maquias de terrenos de orografía más suave.
Durante la primavera y el verano, se desplazan a las tierras altas adquiriendo costumbres crepusculares, paciendo y ramoneando hasta bien entrada la noche. Disfrutan de los primeros rayos de sol pero, durante las horas de calor, descansan en cuevas y lugares abrigados. Cuando llega el invierno bajan de las cumbres buscando temperaturas más suaves y haciéndose más diurnas.

El jabalí. (Sus scrofa)

El antecesor del cerdo doméstico se diferencia de aquel, sobre todo por las cerdas oscuras que cubren su robusto cuerpo y, en el caso de los machos, por los grandes caninos que le sobresalen de la boca.
Habita entre el bosque y el matorral, normalmente cerca del agua. Durante el día sestea en camas fabricadas entre la vegetación, que mantiene mientras no son descubiertos y molestados.
Su actividad es crepuscular, trasladándose en busca de comida, removiendo el suelo con su jeta, en busca de raíces, bulbos e invertebrados, lo que deja un rastro de hoyos característicos de tierra movida. Su dieta es omnívora, aunque mayoritariamente vegetal, en especial en verano cuando abundan los frutos, como las bellotas. También suele asaltar los huertos, por lo que no es muy apreciado entre los lugareños, salvo cuando se le caza.
Una de sus costumbres nocturnas es el aseo del pelaje. Para esto, primero se revuelca en un barrizal, para después, una vez seco el barro, eliminarlo restregándose en el tronco de algún árbol, arrastrando con él todos los parásitos.
El jabalí vive agrupado en piaras formadas por una o varias hembras junto a los jóvenes menores de un año. Los machos adultos suelen ir en solitario o acompañados de un macho joven –escudero-. En otoño e invierno, llega el celo y los machos adultos se pelean por ganar el harén. Tras cuatro meses de gestación, la hembra, dará a luz de 4 a 7 jabatos, con un pelaje listado –rayones-. A los seis meses éste se ha convertido en rojizo, y al año en el color oscuro característico del adulto.


El buitre leonado. (Gyps fulvus)


Buitre leonado
Es el ave más grande que habita estas montañas. En edad adulta tiene alrededor de 1 metro de longitud y 2’5 m de envergadura. Sus plumas tiene un color leonado, excepto el collar de plumas blanco que rodea al cuello, éste y la cabeza están cubiertos por un plumón blancuzco.
Se alimentan de carroña de ganado –ovejas y vacas-, aunque pueden pasar varios días sin comer. En algunos lugares, como en Villahermosa del Río o Mosqueruela, se han dispuesto comederos, donde los ganaderos depositan los animales muertos, para alimentarlos y contribuir a su expansión.
Utiliza las grietas de elevadas paredes verticales para anidar agrupados en características buitreras, reconocibles por las grandes manchas blancas que producen sus excrementos. Son visibles en la Roca de Penyacalba y en el Cingle Verd, sobre el cañón del Montlleó, entre Culla y Benafigos, y también en Las Cinglas, en la vertiente sur del Alto del Pelejero, en las imponentes peñas situadas sobre la masía y fuente de las Juncosas.